Porque tu casa habla de vos y el color habita el aire,
Mirar hacia atrás y ver el recorrido, desde el momento en que decidí dedicarme a la profesión es casi una concepción filosófica, me considero interiorista y, eso, va más allá de la decoración.
El interiorismo ahonda, indaga, cuestiona, no solo en el espacio arquitectónico sino también en su historia y en los interiores de las personas que lo transitan.
Privilegio siempre el vínculo con los clientes
y sostengo que los espacios hablan de quienes los habitan. Eso para mí es básico en el desarrollo personal y lo puedo ver después de todo mi recorrido.
Elegí quedarme en Santa Fe. Es mi casa y donde decido
trabajar. Alguna vez estuvo el pensamiento de buscar otros caminos -momentos críticos- pero esta ciudad me regaló una vidriera donde poder mostrar lo que me apasiona hacer.
En los 90’ CASAFE y sus espacios,
casi escenográficos, se montaban para mostrar alternativas de ambientación en ámbitos reales que abrían sus puertas para ser vestidos y habitados, fue el puente más efectivo. Una mirada atravesada por el arte
es una constante que se repite en todas mis propuestas. En esta profesión el diseño se interrelaciona por el arte, lo que implica un plus en el disfrute de los espacios.
Cuando alguien me convoca para resolver
un espacio, solucionar un inconveniente o satisfacer una necesidad, prima siempre lo funcional que conlleva lo estético.
La cultura global hoy se impone con infinitas posibilidades, el público accede
a muchas corrientes y propuestas, poniéndonos –a los diseñadores- en un nuevo lugar. A través de las redes se ve una imagen que puede gustar, pero quizás ese espacio no se ajusta a la necesidad del cliente.
Hoy, mí función como interiorista es recortar dentro de todas esas posibilidades y encontrar una estética particular que represente a esa persona y que cuente su propia historia.
En ese proceso de hallar:
la identidad de “persona y espacio”, mi impronta y mi lectura, transito una constante búsqueda de sentidos. Me gustan las asimetrías, la sinuosidad de los espacios, la convivencia y el equilibrio entre lo clásico
y lo moderno, los efectos de las luces. No cultivo las modas sino las tendencias. Las modas pasan, las casas persisten.
Desarrollando conceptos, creando sentidos, escribiendo la historia.
«El color que habita el aire»
— Revista TODA. Edición: N° 71
"Fantásticos ’50: Mid Century"
— Revista TODA. Edición: N° 77
"Habitar: Un valor agregado"
— Revista TODA. Edición: N° 75
"Amarillo radiante"
— Revista TODA. Edición: N° 72
«Suite personal: Los mundos interiores»
— Revista TODA. Edición: N° 69
"Concepto abierto"
— Revista TODA. Edición: N° 67